Me gustaría tener un árbol. Algo grande, que diera frutos, que fuera cambiando con el tiempo pero siempre estuviera ahí, igual y a la vez distinto. Algo en lo que descansar, un punto de referencia que me indicaría adónde ir o adónde volver cuando me pierdo.
Un árbol podría crecer solo o con ayuda. Podría podar las ramas que van sobrando, tratarlo cuando se enferma, alejar los pequeños insectos que lo molestan, regarlo si no llueve lo suficiente… No es que no fuera a saber salir adelante sin mí, pero no me rechazaría si quisiera colaborar.
Un árbol duraría años y años, creciendo y adaptando sus raíces a la forma de la tierra que lo rodea, retorciéndolas o estirándolas, más largas o más cortas.
Un árbol no se iría, y siempre estaría ahí cuando lo necesitara para darme sombra, apoyo, comida. Y me regalaría hojas que guardar en un álbum y mirar si estoy lejos y no puedo visitarlo.
Un árbol podría crecer solo o con ayuda. Podría podar las ramas que van sobrando, tratarlo cuando se enferma, alejar los pequeños insectos que lo molestan, regarlo si no llueve lo suficiente… No es que no fuera a saber salir adelante sin mí, pero no me rechazaría si quisiera colaborar.
Un árbol duraría años y años, creciendo y adaptando sus raíces a la forma de la tierra que lo rodea, retorciéndolas o estirándolas, más largas o más cortas.
Un árbol no se iría, y siempre estaría ahí cuando lo necesitara para darme sombra, apoyo, comida. Y me regalaría hojas que guardar en un álbum y mirar si estoy lejos y no puedo visitarlo.
Se mi árbol.
¿Capaz o incapaz?
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